En las lecciones de historia y religión aprendemos que en el hinduismo la vaca es considerada un animal sagrado. Pero, ¿sabían que las ratas también son sagradas y son veneradas? Y ¿que existe un Templo dedicado a su adoración?
A cinco horas de Nueva Delhi, y muy próximo a la ciudad de Bikaner, hay una pequeña población llamada Deshnok, se encuentra el templo de Karni Mata, más conocido como el templo de las ratas o Santuario de las Ratas, considerado uno de los más “curiosos”, que existen en este planeta.
Según la leyenda, en el siglo XV vivía en el pueblo una erudita llamada Karni Mata, la reencarnación de la diosa Durga. Un día el hijo de uno de sus súbditos había muerto, los padres del chico difunto le pidieron ayuda, Karni Mata los remitió a Yama, el dios de la muerte, el dios que decidía a qué organismo se reencarnaba cada alma.
Los padres del niño suplicaron a Yama devolverlo a la tierra. Yama les dijo que era imposible devolverlo al mundo tal como era (o sea como niño).


Tomando una rata por la cola, les dijo: “aquí está vuestro hijo, ya se ha reencarnado en este animal”.
Karni Mata, enfurecida por esto, le quitó el poder a Yama, y sin poder hacer otra cosa decidió que desde ese momento todas las personas de la región se convertirían en ratas, pero que serían consideradas animales sagrados, hasta que nuevamente se reencarnaran en humanos de bien.
A la muerte de Karni Mata, se construyó en este pueblo el Santuario y se pusieron las primeras ratas dentro del mismo. Actualmente, se calcula unos 15 mil roedores vivientes en este santuario. Un lugar curioso de veneración invadido por estos roedores. Suciedad y restos de comida no parecen importarles a los cientos de intrépidos turistas que lo visitan cada día y donde se debe entrar descalzo, como a todos los demás templos de la India. El olor, sobra decirlo, es bastante fuerte.
En el siglo pasado, el edificio sufrió una reforma: su piso y su fachada fueron decorados con los más finos mármoles de la región, sus puertas son de plata y la casa tiene varias decoraciones con piedras preciosas del Himalaya; sus paredes superiores son de color rosado, el patio del recinto está protegido con malla para evitar que aves de rapiña u otros animales se devoren a las ratas.
Los hindúes conviven un momento con estos animales con toda la normalidad del mundo. Cada año, miles de peregrinos de diferentes partes de la India, llegan a rendir culto a estos roedores, rezan por ellas, las acarician y las alimentan con leche, fruta y dulces. Muchos llevan sartenes y ollas para cocinar y hacer pan dentro del recinto. Es una costumbre normal ofrecerles a ellas el primer bocado. No hay que aterrarse si uno mira a personas que las toman, las acarician e inclusive las besan; ellos piensan que son sus antepasados y que esperan reencarnarse nuevamente en personas.

El ritual consiste en caminar y relajarse durante horas en el santuario; muchos fieles caminan esperando a que una rata les roce o les pase por encima de los pies, porque para ellos es señal de buena suerte.
Entre tantas ratas, se encuentran algunas de color blanco. Según la creencia, son la reencarnación de la propia Karni Mata; son muy difíciles de ver; pero si se logra mirar una, se tendrá buena suerte durante mucho tiempo. Si un hindú pisa accidentalmente una rata y la mata, tendrá que alimentar por un año a los sacerdotes del pueblo; si lo hace un turista, éste deberá pagar al santuario el peso del animal en oro.
Al templo de las Ratas se llega en un autobús que sale desde la ciudad de Bikaner; también se puede alquilar un jeep. En India se conduce por la izquierda y hay que tener mucho cuidado porque en este país las señales de tránsito están solo de decoración, Además, para conducir en la India, hay que saber acelerar, pitar y esquivar.
El Templo de las Ratas, se ve desde el momento en que se entra al pueblo Deshnok, pues es un imponente Santuario. La entrada es totalmente gratuita; hay que diligenciar un formulario para tomar fotos.
En Youtube se puede ver un documental hecho por la National Geographic o ver fotos en el mismo canal, con el nombre Karni Mata.
(Desde la India para la Revista Tdn, Luis Fidel)
