INFORME MUNDIAL DE LA ONU SOBRE EL DESARROLLO DE LOS RECURSOS HÍDRICOS 2023
El Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2023, cuyo tema es "Alianzas y Cooperación", muestra que establecer alianzas y mejorar la cooperación en todas las dimensiones del desarrollo sostenible es esencial para acelerar el avance hacia el logro de los objetivos y metas en materia de agua.
“El agua es nuestro futuro común y tenemos que actuar juntos para compartirla equitativamente y gestionarla de forma sostenible. Ahora que el mundo se reúne para celebrar la primera gran conferencia de las Naciones Unidas sobre el agua en el último medio siglo, tenemos la responsabilidad de trazar un rumbo colectivo que garantice el agua y el saneamiento para todos.” Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO

Al ritmo actual, los avances hacia todas las metas del ODS 6 no van por buen camino
Las alianzas y la cooperación son más importantes que nunca en 2023, ya que el mundo se prepara para una gran conferencia de las Naciones Unidas sobre el agua, la primera gran reunión sobre agua dulce que se celebra en el sistema de las Naciones Unidas desde hace 46 años, que pone de relieve la urgente necesidad de acelerar nuestros esfuerzos para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6.
Casi todas las intervenciones relacionadas con el agua implican algún tipo de cooperación. Las alianzas en torno al agua, que se producen a escala local y mundial, mediante acuerdos formales e informales, reúnen a distintas partes interesadas con intenciones diversas.
La cooperación es fundamental para alcanzar todos los objetivos y metas relacionados con el agua. La aceleración de los avances hacia el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 6) depende en gran medida de la eficacia y la productividad de las alianzas.
La participación inclusiva de las partes interesadas fomenta la aceptación y la apropiación. Tener en cuenta las diferentes perspectivas de los implicados ayuda a determinar una visión clara y compartida de los objetivos, resultados y efectos, basada en un entendimiento común de los problemas.
¿Qué es una alianza o cooperación?
Las alianzas son “relaciones voluntarias y de colaboración entre varias partes, tanto públicas como no públicas, en las que todos los participantes acuerdan trabajar juntos para lograr un propósito común o emprender una tarea específica y, según lo acordado mutuamente, compartir riesgos y responsabilidades, recursos y beneficios” y suelen basarse en algún tipo de acuerdo formal o informal. La cooperación en el ámbito del agua es una práctica menos formal de “trabajar juntos con el mismo fin” hacia un objetivo común de gestionar y utilizar pacíficamente los recursos de agua dulce a nivel local, nacional, regional e internacional. `
Las asociaciones y la cooperación intrasectoriales se producen entre partes interesadas con un tipo común y específico de uso u objetivo relacionado con el agua.
– La alianza y la cooperación intrasectorial se produce entre partes interesadas con un tipo común y específico de uso u objetivo relacionado con el agua.
– La alianza y cooperación intersectorial implica a actores con diferentes enfoques relacionados con el agua y múltiples objetivos (diferentes o incluso contrapuestos) relacionados con el agua.
– La alianza y cooperación extrasectorial, involucra a actores de “fuera del ámbito del agua”, donde los focos y objetivos primarios de algunos socios no están principalmente relacionados con el agua, pero donde el agua juega un papel determinante.
ALIANZAS Y COOPERACIÓN PARA EL ABASTECIMIENTO DE AGUA Y SANEAMIENTO
La necesidad de establecer alianzas y cooperar en materia de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene (WASH) en los asentamientos humanos obedece a su naturaleza intersectorial.

Diversos actores, entre ellos el sector privado, las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las comunidades, junto con los ministerios gubernamentales responsables de WASH, se ocupan de distintos aspectos del sector de abastecimiento de agua y saneamiento.
Además, la magnitud de los retos WASH en los asentamientos humanos formales e informales es tal que ningún país o institución por sí solo puede superar la creciente demanda de estos servicios.
La contaminación, los efectos del cambio climático y la degradación medioambiental de los recursos de agua dulce, combinados con el enorme déficit de infraestructuras en un mundo de escasos recursos financieros, explican la multitud de actores estatales y no estatales que intervienen en la prestación de servicios de abastecimiento de agua y saneamiento.
Una participación de las partes interesadas desde el principio también fomenta la responsabilidad y la transparencia. Las iniciativas relacionadas con agua, saneamiento e higiene tienen más posibilidades de alcanzar sus objetivos si los beneficiarios a los que están dirigidas pueden participar de manera significativa en ellas, especialmente en las áreas rurales y en las ciudades secundarias.
Las alianzas y la cooperación efectivas hacen que los servicios se adapten mejor a las necesidades y recursos de las comunidades pobres, y que mejore la aceptación y apropiación de dichos sistemas por parte del público.

Abastecimiento de agua y saneamiento para asentamientos humanos
La provisión de servicios de abastecimiento de agua y saneamiento en los asentamientos humanos se ve afectada por una plétora de desafíos operativos y de gobernanza. En las últimas décadas, los proveedores de servicios de todo el mundo han recurrido a asociaciones entre pares para mejorar su capacidad.
Estas asociaciones sin fines de lucro se conocen como asociaciones de operadores de agua (WOPs, por sus siglas en inglés), que se basan en la confianza y el intercambio abierto de información y experiencia.
Las alianzas entre gestores de servicios de agua enlazan a empresas de abastecimiento afianzadas y con buen funcionamiento con otras que necesitan asistencia u orientación. La implementación de WOP puede tener un efecto dominó porque el beneficiario, después de haber mejorado sus capacidades y adquirido nuevas competencias, puede continuar y utilizar esta experiencia para ayudar a otras empresas de servicios públicos.
Muchos países tienen dificultades para ampliar los servicios a las zonas rurales, donde la cobertura de servicios de agua potable gestionados de forma segura (60%) es inferior a la de las zonas urbanas (86%).
A fines de 2020, el número de personas desplazadas por la fuerza se estimó en 82,4 millones. La migración forzosa produce más presión sobre las entidades locales (empresas, comunidades) competentes del suministro de agua y de los servicios hídricos.
Para responder a las complejas dinámicas que afectan a las poblaciones desplazadas y a las comunidades de acogida, se necesitan alianzas de múltiples actores que incluyan a organismos de Naciones Unidas, organizaciones internacionales, ONGs y sociedad civil.
ALIANZAS Y COOPERACIÓN PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN
La asignación de agua de la agricultura a los centros urbanos se ha convertido en una estrategia habitual para satisfacer las necesidades de agua dulce de las ciudades en expansión.

Generalmente la reasignación de agua del sector agrícola ha tenido éxito a la hora de satisfacer la demanda hídrica de las ciudades. Desde la perspectiva agrícola/rural, se han observado consecuencias negativas, lo cual redunda en una menor seguridad alimentaria.
Esto se puede resolver a través de alianzas y cooperación para que el uso del agua en la agricultura sea más eficiente.

Se prevé que la competencia por el agua dulce entre las ciudades y la agricultura aumente debido a la rápida urbanización, para la que se prevé que la demanda urbana de agua aumente un 80% de aquí a 2050. Aproximadamente un tercio de las ciudades del mundo que dependen de las aguas superficiales se enfrentan a la competencia con la agricultura, que utiliza aproximadamente el 72% de las extracciones mundiales de agua dulce.
La acción colectiva y las negociaciones a través de la participación de múltiples partes interesadas pueden conducir a soluciones innovadoras para la reasignación del agua a la agricultura, la pesca y los usuarios urbanos del agua.
Las Asociaciones de Usuarios del Agua (WUAs, por sus siglas en inglés) son un ejemplo de estas modalidades y pueden tener éxito cuando se basan en procesos democráticos en los que participan otras instituciones locales, como consistorios locales o grupos religiosos.
Entre los agentes que participan en las WUA suelen figurar agricultores, organismos gubernamentales, organizaciones no gubernamentales (ONG), el mundo académico, instituciones de desarrollo, bancos de desarrollo y, en algunos casos, el sector privado. El desempeño deficiente suele atribuirse a alianzas débiles, particularmente a la falta de inclusión de mujeres, lo que conduce a una implementación deficiente y roles y responsabilidades poco claros.
En la última década, el nexo agua-energía-alimentación-ecosistema (WEFE, por sus siglas en inglés) surgió como un poderoso enfoque sistemático para entender la interrelación y los intercambios que existen entre dichos ámbitos. El enfoque WEFE integra todos los sectores y ofrece una visión holística de sostenibilidad que busca equilibrar los diferentes objetivos, intereses y necesidades de la gente y el medioambiente.
En un mundo en el que los países luchan por adaptar sus sistemas agrícolas y alimentarios a condiciones de escasez de agua, los datos y la información sobre el agua son indispensables para afrontar los retos de la gestión hídrica. La colaboración y el compromiso con diferentes socios en la recopilación y difusión de datos e información sobre el agua son necesarios para facilitar la toma de decisiones más eficaces en materia de gestión del agua.

ALIANZAS Y COOPERACIÓN PARA EL MEDIOAMBIENTE
Los beneficios colaterales de los enfoques basados en ecosistemas son una prueba importante a favor de las soluciones basadas en la naturaleza, que pueden ser eficaces en todos los sectores.

Las medidas de protección y rehabilitación de las cuencas hidrográficas han dado vida a algunas de las alianzas más antiguas en materia de agua. La experiencia demuestra que no es necesario que todos los socios tengan los mismos objetivos, sólo un consenso sobre la acción que debe emprenderse y el reconocimiento de la importancia de compartir beneficios y costes.
Por ejemplo, a las empresas de servicios hídricos les interesa sobre todo reducir los riesgos de infraestructura, garantizar el cumplimiento de las medidas establecidas y reducir los costes. Los intereses medioambientales pueden estar interesados en los beneficios de la biodiversidad. Las soluciones basadas en la naturaleza pueden ofrecer ambas cosas de forma simultánea y rentable.
Los beneficios de la adaptación al clima, como la mitigación de las inundaciones, son especialmente atractivos. Los fondos para el agua son un medio habitual para financiar estos planes de apoyo a las asociaciones entre ciudades, empresas, servicios públicos y la gestión del suelo aguas arriba para mejorar la calidad y/o cantidad del agua y generar beneficios a largo plazo. Las alianzas que incluyen a las comunidades locales se están utilizando cada vez más para mejorar la monitorización del medioambiente y son especialmente importantes para colmar las enormes lagunas de datos sobre la calidad del agua.

Los fondos para el agua movilizan múltiples alianzas para hacer frente a las necesidades de seguridad hídrica
Los fondos para el agua apoyan alianzas que reúnen a usuarios intermedios, como ciudades, empresas y servicios públicos, para invertir colectivamente en la protección de hábitats y la gestión del suelo de manera previa, con el fin de mejorar la calidad y/o cantidad del agua y generar beneficios a largo plazo para las personas al abordar el clima, la naturaleza y la contaminación. Ayudan a comprender y gestionar las complejidades asociadas al riesgo hídrico y a la protección de las fuentes de agua basadas en la naturaleza.

ALIANZAS Y COOPERACIÓN PARA EL AGUA Y LA SALUD
Las débiles alianzas entre los sectores de la salud y del agua, el saneamiento y la higiene (WASH, en su sigla en inglés) provocan importantes pérdidas de eficiencia, a pesar de sus evidentes interdependencias.

Se necesitan alianzas alineadas a nivel científico, estratégico y operativo para optimizar y acelerar el logro de los resultados positivos que puede aportar el sector del agua, saneamiento e higiene en términos de salud.
Es esencial que los centros sanitarios cuenten con servicios de agua, saneamiento e higiene en perfecto funcionamiento para garantizar una asistencia segura y de calidad, pero dichos servicios se han visto descuidados hasta hace poco, debido a la fragmentación institucional. Los esfuerzos realizados a raíz del COVID-19 se han aprovechado cada vez más para reforzar políticas, normativas e inversiones en servicios de agua, saneamiento e higiene.

El agua, el saneamiento y la higiene son cruciales para la salud y el bienestar humanos
Los datos mundiales muestran que, a medio plazo, El progreso medio necesita avanzar cuatro veces más rápido para alcanzar el objetivo de proporcionar a todo el mundo agua, saneamiento e higiene gestionados de forma segura (WASH) en 2030.
A pesar de la interdependencia que existe entre el sector del agua, saneamiento e higiene y el de la salud, existen lagunas en la coordinación y gobernanza, debido a que dichos sectores recaen en el ámbito de competencia de ministerios, autoridades locales, organizaciones internacionales, ONG y actores del sector privado distintos a todos los niveles.
Sorprendentemente, todavía existen grandes brechas en el WASH básico, con 1.800 millones de personas que utilizan instalaciones de atención médica que carecen de servicios básicos de agua y 800 millones que utilizan instalaciones sin baños.
El progreso requiere la cooperación de una amplia gama de partes interesadas, como los responsables políticos, ingenieros y científicos, profesionales de la salud, veterinarios, agricultores, donantes, ONG, ciudadanos y corporaciones privadas.
El programa mundial de erradicación de la poliomielitis es un ejemplo bien establecido de una alianza en salud con laboratorios de aguas residuales, que utiliza las aguas residuales como parte de un enfoque más amplio de vigilancia y control. El tratamiento de las aguas residuales de las comunidades, los centros de salud, la producción de plantas y animales y la fabricación de antimicrobianos también limita la aparición y propagación de la resistencia antimicrobiana. Las alianzas en todos los ámbitos políticos que abordan el ciclo de vida de los productos nocivos son esenciales para reducir la contaminación del agua a fin de salvaguardar la salud humana y los ecosistemas acuáticos.
ALIANZAS Y COOPERACIÓN PARA EL AGUA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
La naturaleza intersectorial y la interdependencia del agua y el cambio climático con otros recursos naturales vitales, como la tierra o la energía, pueden crear más oportunidades de establecer alianzas y cooperar.

La coordinación de las agendas sobre el clima y el agua es bidireccional. Por una parte, quienes son responsables de las políticas climáticas necesitan comprender mejor las necesidades de la comunidad de usuarios del agua para adaptarse al cambio climático, así́ como el papel que la gestión de los recursos hídricos, el suministro de agua y el saneamiento pueden jugar en la mitigación. Por otra parte, las personas responsables de las políticas sobre el agua necesitan dirigirse a las partes interesadas en la cuestión climática para comprender mejor cómo funcionan los procesos producidos por el clima, así́ como para integrar los riesgos climáticos relacionados con el agua en las políticas, estrategias y planes nacionales en materia de recursos hídricos.
Acelerar la acción por medio de alianzas y cooperación entre las partes interesadas en temas de agua y clima puede generar más beneficios para los ecosistemas de agua dulce y para las poblaciones más expuestas y vulnerables y, por consiguiente, reducir los riesgos de catástrofe, ahorrar costes, crear empleo y generar oportunidades económicas.
Esto requiere mejorar las alianzas existentes y, en algunos casos, forjar nuevas en todos los niveles, desde local, nacional, de cuenca a global, a través de procesos multisectoriales. Las instituciones de investigación y aprendizaje, el sector privado y la sociedad civil, incluidos los jóvenes, las mujeres y los grupos marginados, desempeñan un papel clave y apoyan los esfuerzos para respaldar un liderazgo y acción gubernamentales efectivos.

La política climática debe reflejar mejor el papel del agua y la política del agua debe integrar mejor los riesgos climáticos. En los compromisos establecidos por las Partes del Acuerdo de París, más del 80% de los países han calificado los recursos de agua dulce como área prioritaria con respecto a la adaptación. Sin embargo, las oportunidades de mitigación a través de la gestión del agua, como la recuperación de biogás de los sistemas de tratamiento de aguas residuales, merecen una mayor atención. Trabajar juntos en la gestión de los recursos hídricos, la prestación de servicios de agua y saneamiento, así como la salud, la inclusión, la alimentación y la energía, puede ampliar los beneficios de los esfuerzos de mitigación y adaptación al clima.
Dado que tanto el agua como el cambio climático no conocen fronteras, la adaptación conjunta al cambio climático y la cooperación a través de las fronteras administrativas (en cuencas hidrográficas y acuíferos nacionales o transfronterizos) representan dos grandes oportunidades de colaboración intersectorial y entre países para compartir los costes y beneficios de las medidas de adaptación, garantizar su ubicación óptima en una cuenca hidrográfica y evitar los posibles efectos negativos de las medidas unilaterales de adaptación o gestión.
Sólo a través de una mayor cooperación entre las partes interesadas del clima y del agua se puede garantizar que se prioricen las oportunidades de mitigación relacionadas con el agua y el saneamiento que aún no se han aprovechado, que las necesidades de adaptación del sector del agua y el saneamiento se incluyan en las políticas nacionales y que la financiación climática se dirija a apoyar la aplicación de estas prioridades.
ALIANZAS Y COOPERACIÓN PARA EL AGUA, LA INDUSTRIA Y LA ENERGÍA
La industria tiene la capacidad de promover prácticas responsables e idear soluciones basadas en el mercado para acelerar la realización en escala de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La acción colectiva, en forma de alianzas y coaliciones, cada vez más con socios no tradicionales, es vital cuando los resultados deseados no pueden obtenerse mediante la acción unilateral por sí sola. El compromiso con objetivos compartidos y el reconocimiento de las posibles compensaciones entre los intereses de la empresa y los beneficios públicos más amplios son ingredientes esenciales para el éxito.
Las empresas de sectores que dependen en gran medida del agua para su actividad principal -como la fabricación de bienes o la producción de insumos y materias primas- son cada vez más conscientes del estrés hídrico y de los riesgos que plantea para sus intereses comerciales. Como resultado, muchas empresas están explorando y probando formas de reducir o mitigar los riesgos del agua en sus negocios y cadenas de suministro.
La acción colectiva de la industria puede adoptar muchas formas, desde un intercambio relativamente informal de perspectivas hasta procesos muy estructurados de toma conjunta de decisiones, aplicación y rendición de cuentas. Para que la acción colectiva sea eficaz, las empresas suelen tener que establecer relaciones poco convencionales con socios no tradicionales. Normalmente, las partes interesadas deben tener un sentido compartido del riesgo, la responsabilidad y el beneficio para que la acción colectiva tenga éxito. Las ventajas potenciales de actuar con otros para gestionar los riesgos relacionados con el agua deben sopesarse frente a los retos y complejidades potenciales de consultar a otras partes, compartir información, tomar decisiones o compromisos conjuntos y compartir la responsabilidad de la aplicación.

La acción colectiva impulsa a las empresas a desarrollar habilidades y conocimientos nuevos, a conocer más en profundidad las necesidades y los valores de la comunidad; además, mejora su capacidad de dialogar con representantes del gobierno y de las ONG. La industria se encuentra en una posición única para liderar el frente de la acción colectiva, ya que está muy familiarizada con las asociaciones estratégicas y la cooperación y su capacidad para producir resultados beneficiosos para todos en áreas empresariales fundamentales.
En los últimos años se ha hecho evidente el valor añadido de añadir a estos acuerdos aspectos medioambientales, sociales, de gobernanza y de gestión del agua, no sólo en el sentido comercial, sino también en el contexto más amplio de la sostenibilidad global del agua, con el fin de obtener resultados beneficiosos para todas las partes. Aunque el liderazgo de las empresas individuales es necesario para acelerar la acción hacia el ODS 6, no es suficiente para alcanzar este objetivo.
La acción colectiva, aunque no es una panacea, es “necesaria entre las propias empresas, trabajando juntas a lo largo de las cadenas de suministro globales y sobre una base precompetitiva en sectores industriales, temas y lugares específicos. También será necesaria una acción intersectorial entre empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil”. Las empresas que se anticipen a ese futuro en las decisiones estratégicas que tomen hoy tendrán más probabilidades de prosperar y de aprovechar las oportunidades que puede brindar un planeta más estable desde el punto de vista medioambiental y más integrador desde el punto de vista social.
Fuente:
https://www.unesco.org/reports/wwdr/2023/es
