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LOS MEJORES LIBROS DEL MUNDO

Ellos son: el Quijote, la Odisea y Orgullo y Prejuicio.

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IDEAS CIRCULANTES

Por:

Graciela Sánchez Narváez

 

 

Graciela Sánchez Narváez

 

 

Cuando se trata de mencionar los “mejores libros del mundo” asoman infinidad de listas que muestran la pluralidad de las valoraciones con la que los críticos visibilizan los distintos tópicos de la obra. Esto ocurre en mayor medida en el momento actual, cuando la virtualidad despierta un interactuar intelectual propiciado por las redes que dinamizan el intercambio de muchas inquietudes entre los lectores y los escritores. Este hecho, por lo general, obedece a los libros más vendidos del mundo, sin embargo, sabemos que esta mirada a veces no corresponde a la calidad de la obra.

Ya hace un tiempo, un lector me hizo esta observación: “Usted escribe sobre pensadores y literatos europeos, me gustaría que les diera un espacio a los escritores latinoamericanos”. Después de reflexionar sobre esta posición, he concluido que cuando de arte se trata, la literatura debe ser mirada con un sentido más universal, esto es, sin límites geográficos, pues la presencia de los hechos Literarios en la intelectualidad y en el espíritu humano, data de tiempos inmemorables, por ello, muchas veces, son atemporales, surgen en todas las culturas y en todos los tiempos; sin embargo, debemos reconocer que cuando se trata de la Literatura del viejo continente, ésta se convirtió en uno de los cimientos universales del pensamiento humano. Muchas de las primeras obras que son consideradas los primeros libros de la humanidad, continúan en pleno siglo XXI considerándose como los mejores libros escritos por los hombres. Tal es el caso de las tres obras que en mi consideración se mantienen como las mejores por el motivo ya mencionado. Ellas son: el Quijote, la Odisea y Orgullo y Prejuicio.

 

 

Don Quijote de La Mancha

 

 

“El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, ha encabezado la lista de las mejores obras literarias de la historia”, publicada en 1605, este texto, es el primer libro que desmitifica con la ironía y la sátira, la tendencia caballeresca que marcaba esta época, pues Cervantes, su autor, utilizó un tono burlesco y de aventura para encarnar en su personaje principal, a un hidalgo que partió en busca de su amada Dulcinea y confundió con gigantes a los molinos de la Mancha.

¿Quién no conoce desde niño el inicio de esta obra? En su primer párrafo, dice así: “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los que lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor…”

Así comienza la primera novela moderna, con el propósito central, como ya se ha dicho, de satirizar los libros de caballería que cundían en esa época. Así, en el Quijote, este hidalgo pierde la razón por leerlos, pues, creyéndose caballero andante, sale a buscar a su amada ayudado de su sirviente y compañero Sancho.

Su temática realista plantea el concepto de la búsqueda de un ideal de lo real, es por esto que, en mi consideración, su temática se vuelve inagotable. Éste es un primer acercamiento a un realismo que llegaría posteriormente. Pienso que el éxito de Cervantes con ésta obra se encuentra en su capacidad de convertirla en crítica a los libros de caballería que, con temas pastoriles agotaba al lector de esa época, pero especialmente, por la ruptura que hace en este sentido, pues relata también diferentes historias de amor y de celos, toma la utopía en fragmentos como en el que narra cómo el gobierno de Sancho en la ínsula Barataria donde Sancho es nombrado como gobernador, las quimeras del Quijote y el ideal de justicia.

Por otro lado, las diferentes técnicas internas que utiliza, la marcan como una primera novela polifónica donde la ironía la hace dialógica y ambigua, por lo tanto, mucho más realista, mucho más cercana a la vida.

 

 

Penélope

 

 

La segunda mejor obra es la “Odisea”, cuya autoría se le atribuye a Homero. Se han afirmado varios orígenes, que muchos de ellos rayan en leyendas o sencillas especulaciones, pues al ser escrita en el siglo VII antes de Cristo y conocida en el VIII, hasta el momento se plantea el debate de que Homero sea el autor de esta obra, se cree más bien, en la existencia de diversos autores o poetas tradicionales que cantaban estos escritos, por lo cual fueron recogidos para formar la Odisea, dando cabida a todo un universo que ha evolucionado a través de la historia, pues lo real se mezcla con la ficción y todo queda en la duda, sin embargo, lo que se sabe a ciencia cierta es que narra las aventuras de Odiseo (o Ulises), en su regreso épico a Ítaca, tras la conquista de Troya.

Veamos un aparte con la que inicia esta maravillosa obra:

“Háblame, Musa, de aquel hombre ingenioso que anduvo errante largo tiempo, después de haber destruido la sagrada ciudad de Troya y que vio las ciudades de muchos hombres y conoció su manera de pensar, pero padeció aún en el mar, muchos dolores en su ánimo, procurando conservar su vida y el de sus compañeros”

Este corto párrafo inicial nos ubica en toda una temática del héroe de la guerra, es por esto que se considera la base de toda la literatura occidental. También se lee en ella, un profundo amor entre Odiseo y Penélope, separados durante muchos años por las guerras, donde ellos tienen que poner a prueba su fidelidad para estar juntos nuevamente. Se escribe sobre el valor de la familia, de la patria, del hogar, de la venganza, tomada como un símbolo de dignidad y valentía y de la omnipotencia de los dioses. Desde este punto de vista, es una obra completamente universal y atemporal que siendo tan antigua se mantiene en los primeros lugares.

Un tercer libro que puedo mencionar entre este título de “los mejores” es la obra de una mujer que tal vez fue escrita y publicada venciendo todas las dificultades del machismo indeseable que por esta época le cortó las alas y detuvo a la mujer intelectual.

 

 

Orgullo y Prejuicio

 

 

Se trata de Jane Austin, titulada: “Orgullo y Prejuicio”: fue publicada como una obra anónima aunque se trataba de una autora privilegiada que había recibido una altísima educación, pues pertenecía a una familia pudiente de Inglaterra, de esas que acostumbraban a nombrar una institutriz personal para sus hijos, sin embargo, no tenía libertad de intervenir intelectualmente de forma independiente, como ella lo deseaba, además, el mundo de la escritura le pertenecía a los hombres de manera que solo en 1813, se conoció esta obra como una novela anónima.

Con el peso del machismo de esta época, Jane, permaneció soltera, pues rechazó la solicitud de matrimonio de un hombre del que nunca estuvo enamorada, porque para mayor fatalidad, el hombre al que siempre amó se había casado con otra mujer. Nunca pudo olvidarlo y por ello permaneció sola por siempre, se dedicó a escribir orientándose por una temática central que tiene que ver con el papel de la mujer en la Literatura.

Fueron grandes las dificultades que en esta época tuvieron que afrontar las escritoras para ser aceptadas, muchas veces, tuvieron que esconderse entre el nombre de un hombre para poder ser leídas y publicadas. Este fue el caso de “Orgullo y Prejuicio” que llamó tanto la atención, debido a que los críticos la consideraron como la primera comedia romántica de la época y la mejor de todas las novelas publicadas por esta autora. De hecho, autoras como Emily Bronté, de “Cumbres Borrascosas” o Jane Austin, llegaron a usar seudónimos masculinos a la hora de publicar sus obras. En este planeta dominado por los hombres, por suerte, su obra fue de tan alta calidad que algo desequilibró en el mundo de las letras, algo que traía consigo como fueron la ironía, la sutileza y el contenido feminista.

En esta obra se narra la historia de una familia con cinco hijas de las cuales, Elizabeth Bennet, estaba dispuesta a no dejarse doblegar por el cortejo de hombres que la pretenden ni por las aventuras amorosas que ello suscitaba, como lo hacían sus otras hermanas.

La autora nos presenta una obra que, mediante la comicidad, critica a una sociedad que en su tiempo coloca a la mujer en un lugar de superficialidad, tomada del deseo de sus padres porque consigan un esposo digno. Éste concepto tenía que ver con un hombre con poder económico que era lo que les interesaba, porque esta característica aseguraba el bienestar de la mujer con la que viviría.

Elizabeth, la protagonista de esta historia se distancia de sus otras hermanas, porque se trata de una persona pensante, inteligente, sensible, independiente, un tanto liberal y además hermosa, lo que la hacía notar mucho más que a sus hermanas, pues sus actitudes no correspondían a su época. Las hermanas Bennet, por el contrario, se describen como las mujeres que solo buscan el mejor marido, con la concepción del amor que era impuesto por su familia y la cultura de ese entonces. En esta forma, Jane Austin, estaba fuera de las características de la mujer estándar que correspondía a la burguesía inglesa de comienzos del siglo XIX.

En uno de sus párrafos leemos:

“Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero poseedor de una gran fortuna necesita una esposa, sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones hay cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mentes de algunos de las familias que lo rodean, que algunas lo consideran de su legítima propiedad y otras de las de sus hijas”

Esta obra, mencionada también como las mejores, se ha caracterizado por su universalidad, que afronta con valentía un feminismo naciente, por lo cual sigue siendo atemporal, porque se ha logrado retratar en ella la esencia de la mujer enamorada con honestidad e independencia. Además, muestra fehacientemente la diferencia de pensamiento femenino, el dominado por la cultura apabullante del machismo y el que es capaz de pensar por sí misma, este inconformismo es retratado en Elizabeth, su personaje principal.

Definitivamente, la obra es una crítica a la alta burguesía francesa del siglo XIX donde el vacío de la vida social de fiesta, no logra llenar el vacío existencial que los habita.

Como siempre, mi recomendación para leer o releer cada una de estas obras, antes de verlas en el cine, de todas maneras, en el séptimo arte hay interpretaciones y adaptaciones que no se comparan con la lectura del texto original. Es mejor disfrutar del cine después de conocer los hechos literarios para no solo conocer a cabalidad la obra sino también a su autor.

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