IVAN DUQUE, EL PRÓCER DE LA DISOLUCIÓN

La idea la desechó el tiempo y los tropiezos de mi vida.

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Por:

Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Hace cuarenta años, cuando junto a Humberto González Narváez trabajábamos sobre la posibilidad de conformar el país vallecaucano y reuníamos cifras, estadísticas y detalles, historias y comparaciones, el Valle del Cauca era un departamento que tenía todo para hacer más rápidamente independiente que Antioquia la Grande, que desde entonces resultaba mucho más bullosa y provocadora con su regionalismo paisa.

En aquella época sólo nos hacía falta producción eléctrica suficiente porque apenas sí teníamos a Anchicayá y Salvajina; hasta una bandera multicolor como el paisaje de nuestra tierra le pedí al maestro Omar Rayo que me diseñara para presentarla 20 años después, cuando como gobernador fui a la Asamblea y cambiar la insípida bandera mariana que los godos de San Clemente le inventaron al departamento.

La idea la desechó el tiempo y los tropiezos de mi vida. Pero por estos días cuando se admite que el problema energético de la región se soluciona con la regasificadora en Buenaventura y que el alza continuada de los indicadores económicos volvió al Valle pujante, la posibilidad del idealista país vallecaucano puede estar creciendo vertiginosamente, pero no por acción sino por omisión.

Y lo afirmo porque cuando uno ve que el control en las carreteras del departamento y en las calles de Cali y en el ingreso al puerto de Buenaventura lo ejercen no las fuerzas del ejército y la policía de Colombia; cuando el racionamiento de alimentos y combustibles se inflama hasta desesperar en una tierra rica que las produce; cuando la sensación de estar gobernados no por las autoridades representativas del nivel nacional sino por gobernadores y alcaldes a quienes alegre y torpemente el presidente Duque delegó para que asumieran el orden público, sin percatarse de que ni soldados ni policía les obedecen a esos funcionarios; cuando todo eso comienza a evolucionar no para elevar la protesta contra el mal gobierno de Bogotá sino para aglutinarse con los nuevos idealistas que autollamándose resistencias y primera línea nos mandan desde las barricadas o desde cualquier retén extorsivo atravesado en cualquier calle o carretera; cuando todo eso pasa, pienso que por primera vez en mucho tiempo la idea de un país vallecaucano independiente está más cerca que nunca y a quien debemos heroificar desde ya como nuestro padre fundador va a ser al prócer de la disolución de Colombia, don Iván Duque.

Muchas gracias.

El Porce, mayo 28 de 2021

 

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