ESOS HERMANOS NUESTROS
Algunos políticos y gobernantes opinaban otra cosa
Por:
Juan Revelo Revelo

Se cansaron de no tener que comer…
No tenían nada,
ni siquiera miedo;
sólo frustración y un vacío doloroso
en el estómago y en el alma.
Se cansaron de recorrer calles con puertas cerradas
en noches de abandonos y miserias.
El hambre les devoraba la esperanza
en una tierra donde crecía la inequidad
con indolencia y lujuria.
Algunos políticos y gobernantes opinaban otra cosa
—lejos de la realidad desde sus escondites demagógicos de arrogancia y mármoles-
decían que no era cierto que existiera gente
que buscaba comida en los basureros de las calles.
“Estudien vagos”
gritaba una senadora con mirada iracunda.
y otro agregaba en inglés Trumpista para esconder
su ineptitud y tozudez innata:
“People complain a lot and lie”
se les inflamaba la cara, a los dos: con la soberbia que nace de la ignorancia y el corazón de piedra.
Se cansaron de no tener dinero para pagar la renta
cuando los echaron a la calle.
En orfandad sus sueños profanados.
sin ninguna opción para sus hijos.
sólo amargor salitre y llanto.
Y entonces,
condenados al desprecio de la exclusión
y a la marginalidad perpetua,
buscaron un lugar para dormir en los recodos de la memoria áspera,
en el mutismo de las aceras y las bancas de los parques,
en la sombra encolumnada debajo de los puentes
con una mísera cobija y varios periódicos para cubrir sus cuerpos.
Y allí, indignados
leyeron la noticia de que la situación económica
era boyante para las élites y los corruptos
y que la crisis del país no se debía a ellos sino a los otros.
De todo eso se cansaron los hermanos nuestros,
menos de no tener miedo a la protesta
y a la muerte.
JUAN REVELO REVELO
En casa Floridablanca a los 30 días del Paro Nacional
Mayo 2021