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ALGO MAS QUE DISPARATE

La paz total de Petro puede ser tan incluyente que termine poniendo orden en el bulto de anzuelos que es la sociedad colombiana...

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Por:
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Salomón kalmanovitz es un inteligente y agudo columnista que siempre ha sido de izquierda. Y, como además de eso ha ejercido con brillantez de economista, sus opiniones resultan muy sesudas.
Así fueron las que expresó ayer sobre la paz total de Petro. Son demasiado contundentes para no tenerlas en cuenta, ya sea como advertencia o como muestra de la profunda división que ha comenzado a forjarse en la izquierda colombiana con sólo el primer mes de ejercicio gubernamental de Petro.
Para kalmanovich la propuesta de la paz total es un completo disparate. Él no concibe que se pueda negociar con la misma paz para proponerle igual a los helenos, o a las disidencias, o a las organizaciones criminales como el clan.
Para respaldar su tesis, kalmanovitz apela a recordar que Márquez no cumple palabra y que los elenos ya dijeron que no los metieran en el mismo costal, que ellos eran de otra categoría. Pero donde parece dar en el blanco en su diatriba contra la paz total, es cuando dice que al gobierno de Petro se le advierte el hambre de negociar, cuando al mismo tiempo ha debilitado la inteligencia de las fuerzas armadas por la purga general que ha realizado en policía y ejército y que a ciegas no puede entonces sentarse a negociar el gobierno.
Lo más probable es que no le falten razones a sus argumentaciones. Pero de la misma manera podría conseguirse todo lo contrario con sólo pensar que partiendo de la base de generalizar las causas, motivaciones y metodologías de la violencia en Colombia, se facilitaría el surgimiento de una idea que debilita el problema y conduzca a su solución.
Siguiera si Laureano no hubiese empezado así no habrían inventado el frente nacional para partirse la marrana y descubrir que el problema era de hambre burocrática. Petro y su idealista consejero de paz pueden estar convencidos que sólo uniendo todas las facetas de esta inseguridad se pueden corregir la envidia, la venganza y la ambición que identifica plenamente a todos los actores de la guerra inacabada.
La paz de Santos fue exclusiva y excluyente. La paz total de Petro puede ser tan incluyente que termine poniendo orden en el bulto de anzuelos que es la sociedad colombiana. ¿No sería mejor dejarla ensayar?
Muchas gracias.
El Porce, septiembre 20 de 2022.
Audio:
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